REFLEXIONES - EL EGO ¿OTRO YO?




        ¿Qué es el Ego? Mucho se ha discutido, comentado, escrito, parodiado e incluso se le ha atribuido características demoníacas, por quienes han intentado diseccionar este  concepto y así descubrir sus entrañas, como si fuera algo maligno y externo a nosotros que debemos extirpar para ser “mejores personas”.

Entonces el Ego, ¿es algo maligno, algo que debamos extirparnos? O ¿es algo que tenemos que conservar y  cuidar? Para no mantenernos en la duda y saber qué hacer con esto y como sacarle el mayor provecho, el máximo partido para aplicarlo a nuestras vidas, nuestra evolución y felicidad, vamos a bucear  primero en el origen conocido de este concepto. Para empezar es un concepto creado por el hombre, una idea hecha realidad para intentar dar sentido a las emociones y sentimientos  de nuestro interior y que a menudo se contradicen el resultado  de lo que pensamos, sentimos y hacemos. Esta contradicción nos  produce una tensión, un malestar, que no sabemos manejar y no nos permite  seguir viviendo de una forma tranquila y en armonía con nosotros  mismos. Como nos han enseñado a tener el control sobre todo lo que nos afecta a nuestras vidas y por lo mismo, a controlar  nuestro interior y exterior, la sola idea de pensar en perder este control sobre nuestras acciones, sentimientos o pensamientos, nos origina un conflicto de inseguridad que a veces nos deja literalmente parados, inmóviles y sin poder mover un musculo.
          Antes de continuar buscando el origen de este concepto y como nos afecta, vamos a conocer lo que dice la Real Academia Española en su diccionario de la lengua Española. La palabra Ego, tiene un origen latino, del latín y contempla dos ascepciones, según vemos en este diccionario : primero refiriéndose al  ámbito de la Psicología,

En el psicoanálisis de Freud, instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superyó y la realidad del mundo exterior.

Segundo, da una explicación atendiendo al ámbito coloquial,

“Exceso de autoestima.”

La Real Academia no nos proporciona con estas explicaciones, una posible solución pero si nos da dos  bases desde la que  trabajar. Si miramos desde un aspecto eclesiástico y religioso y recordando que la lengua madre por muchos siglos fue el latín, ya podemos contemplar esta palabra dentro de sus liturgias y ritos. En el rito de la Absolución, en donde el sacerdote perdonaba los “pecados” de las personas que lo pedían tras una confesión, así se  usaba y aun se usa esta conocidísima frase,

“Ego te absolvo a peccatis tui in nomine Patris et Filiis et Spiritus Sancti”

Frase final del ritual de Absolución y que su traducción literal es ,

          “Dios, Padre misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz. Y yo te absuelvo de tus pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

          Centrándonos en la frase subrayada, vemos que Ego y Yo, significa lo mismo, por lo tanto deducimos que pertenece a cada uno, a cada persona, cosa distinta es si lo vemos como algo  externo y separado de nosotros o no. Sin entrar a estudiar esta frase del ritual católico y el papel de la palabra Ego, vamos a seguir avanzando. Hemos visto anteriormente lo  que decía la Real Academia Española  al respecto. Si tomamos el primer significado, según la Psicología y lo que dijo Freud, el Ego se relaciona, según mi opinión, con una parte de nuestro interior, de nosotros mismo, , nuestra mente, una parte poco consciente o dormida, que se encarga de  nuestra movilidad, nuestros  sentidos físicos y percepciones con el mundo exterior, y es el encargado de resolver los conflictos originados entre los instintos del “ello” (nuestros instintos primitivos de supervivencia), los ideales del “superyó” (nuestro Ser Superior) y la “realidad” del mundo exterior. Y creo que esto nos genera más dudas que otra cosa. ¿Qué es el Ello, el Superyo, el yo? ¿Son todas partes de nosotros, son todas partes de nosotros mismos? ¿Cuantas “personas”  tenemos dentro? Que complicaciones nos quieren hacer creer y nos generan con palabras  que no nos dan ninguna solución a nuestra vida diaria. Si tomamos al pié de la letra lo que dijo Freud en su Psicoanálisis, todas esas “personas” dentro de nosotros, son el Ego, pero esto tampoco resuelve nada. Es más ¿dónde se encuentra el Ego? ¿Dónde lo percibimos?

Yo lo veo desde una óptica  más sencilla, el Ego es solo una parte más de un Todo, que es nosotros mismos, un concepto inventado y con unas connotaciones negativas las cuales nos han enseñado, nos han recalcado, desde esta sociedad reduccionista y temerosa de todo, para  que no podamos controlar nuestras vidas y mantenernos siempre sumidos en la duda y así tener que recurrir a buscar la solución en el exterior, como nos han hecho creer que el Ego también lo es. Creo que la solución es verlo desde otra óptica, otra perspectiva y en vez de dar vueltas sobre el Ego, es ver en qué punto nos afecta y cuáles son los sentimientos y emociones que se contradicen con nuestros  hábitos, nuestras costumbres, modos de actuar y nuestra filosofía de vida.

          El Ego como parte de nosotros, no podemos dejar que otros se encargue de él, nosotros mismo tenemos que atenderlo, escucharlo, amarlo y aceptar que es parte intima de nosotros, pues es parte de nuestra esencia, parte de nuestra humanidad y como dije antes tenemos que ver esas contradicciones que se producen dentro de nosotros, y analizarlas, intentando salirnos desde una óptica  encasillada que nos han querido inculcar y nosotros somos los únicos responsables de haberlas aceptado y continuar teniendo el mismo patrón de pensamiento.

Como también dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es su segunda acepción, de un modo coloquial, al Ego, se le traduce como “exceso de autoestima”, y a mi entender lo veo como la mejor explicación dentro de las dos que da el diccionario. Pues si no le damos una connotación negativa, que es lo que tradicionalmente nos han instado a pensar y nos machacan a diario desde todos los lados para que no podamos pensar por nosotros mismo y no poder  dirigir nuestras vidas como queramos. Al contrario, el tener un exceso de autoestima, de confianza en nosotros mismo, nos hará evolucionar y nos hará tener cada día una mayor apertura de conciencia y darnos cuenta de lo que Somos.

          El Ego, si lo tomamos como es parte de nosotros que no nos gusta, nos desestabiliza, nos molesta, si llegamos a darnos cuenta de por qué nos genera ese malestar, esa tensión, el Ego, será una maravillosa herramienta para crecer y evolucionar, para alcanzar el equilibro y la armonía entre lo que sentimos, pensamos y actuamos, haciéndonos cada vez más coherente y transparente. Y para llegar a esto, sé que es difícil llegar a aceptar y a amar esa parte de nosotros mismo que nos molestas y genera contradicciones entre lo que sentimos y como actuamos, entre lo que se nos ha dicho que está bien y mal. Es difícil, pues nadie antes se ha preocupado  ni ocupado de formarnos e instruirnos en comprender  la raíz de esas contradicciones y analizarlas de modo que lleguemos a la solución que más nos  genere bienestar y felicidad. La sociedad actual, que aun arrastra los paradigmas de siglos anteriores, a través de la educación, no ha sabido ni querido que tengamos las herramientas para ser nosotros mismos los que tomemos las riendas de nuestras vidas, y que por falta de estas herramientas acabemos en que nuestras vidas se rompen al tener emociones contradictorias  con nuestros pensamientos y se traduce en la ruptura de nuestro físico  y que tengamos que recurrir siempre a la ayuda exterior, cuando la solución está en nuestro interior siempre con la ayuda de herramientas que nos hagan  darnos cuenta de lo que Somos y nos proporcione la felicidad y la paz que siempre anhelamos.

          ¿Por qué nos creemos Egoístas, Ególatras, y creemos que actuando así nos perjudicamos y tenemos que erradicarlo? Porqué siempre nos han inculcado en la idea de que  somos entes individuales, separado de todo y de todos, hasta de nosotros mismos, y que solo nosotros podemos conseguir nuestra felicidad y si alguien puede arrebatárnosla tenemos que atacar y protegernos ante esos “enemigos”, es decir, el resto del mundo y nos convertimos en personas aisladas y nos creemos al final que tener un pensamiento o un acto de Egoísmo, en donde solo queremos nuestro beneficio, si por un instante nos damos cuenta que con esa acción o pensamiento, otras personas se ven afectadas en sentido negativo o positivo, ya estamos generando contradicción y tensión entre la idea inicial, el pensamiento inicial de hacer algo que nos produzca placer o beneficio y la repercusión en los demás. Esa idea de separación, de desligarnos del mundo, de la humanidad, de la energía, la naturaleza, nos hace estar permanentemente tensionados, confusos y molestos con nosotros mismos, y buscando la solución fuera de nosotros.

          Si llegamos a comprender y darnos cuenta que el Ego es solo una parte de nosotros que debemos tomar como aprendizaje y que para quitarnos las tensiones y contradicciones, tenemos que aceptarnos tal y como somos, amarnos en nuestra totalidad,  sumando todos nuestras partes y no dividiéndonos, y siendo conscientes y responsables de todos nuestros actos, emociones y pensamientos, no tendremos la creencia de que el Ego es algo externo y aislado, no creeremos que por tener un pensamiento Egoísta o Ególatra, ya somos malos y tenemos que expiar nuestros pecados. Todo radica en el equilibrio y la justicia de los resultados de nuestros pensamientos y actos. Si no dañamos a nadie o a nada, ni siquiera a nosotros mismos, y potenciamos nuestra felicidad y la de los demás y el mundo, podemos permitirnos ser EGOÍSTAS Y AMAR A NUESTRO EGO.




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