REFLEXIONES - MIEDOS SECRETOS


Durante una conferencia escuché la siguiente frase: “Todos tenemos miedos secretos y miedos superficiales”.  El conferenciante explicó que los miedos superficiales son los que estamos dispuestos a reconocer abiertamente, son miedos “aptos para todos los públicos”.  En cambio, existen otros miedos que no reconocemos.  Es evidente que todos vivimos con miedos, todos los días de nuestra vida.
Está claro que no está mal querer resolver nuestros miedos, pero si nos concentramos solamente en resolver los miedos superficiales, el bienestar emocional que consigamos no va a durar más de unos meses.
Somos humanos y si no tratamos los problemas de raíz, la realidad es que, al final, no habremos resuelto nada.  Simplemente le habremos puesto un parche al metafórico agujero que es nuestro problema, con la esperanza de que tanto el problema como nuestro miedo desaparezcan, así sin más.  Si ya has vivido esta situación, no te preocupes, no estás solo.  Es probable que compartas esta experiencia con el resto de la población mundial, creo que todos hemos vivido algo similar.
Las buenas noticias son que no tiene porqué ser así.  Podemos escoger resolver nuestros miedos secretos y beneficiarnos de por vida.  Si quieres quitar las malas hierbas, no te limitas a cortar las plantas que ves encima de la superficie, sino que arrancas las malas hierbas desde su raíz, para evitar que vuelvan a aparecer.
¿Cuál es tu miedo secreto?  ¿Qué es lo que no quieres admitir abiertamente ante los demás?  Quizás tienes miedo al rechazo.  Quizás te asusta pensar que no tienes capacidad de efectuar alguna tarea en tu vida. Quizás tienes miedo al “fracaso”.  Quizás te sientes demasiado pequeño para lograr grandes cosas.  Quizás tienes miedo de que al tener éxito en cualquier aspecto de tu vida, esto te pueda cambiar a ti y a tu entorno.
¡Ponte en contacto con tu niño o niña interior!  ¡Háblale!  Pregúntale de qué tiene miedo.  Guíale, dile que es capaz de lograr sus sueños.  Dile que vaya a por ellos.  Dile que es grande, que es todo un superviviente, el hecho de que estés aquí, ahora, lo demuestra.
¡Recuerda que eres una persona luchadora y victoriosa!  ¡No lo olvides!  Vete a por tus sueños.  No dejes que te juzguen ni que te desanimen.
¡Tú sí puedes!




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